LUIS EDUARDO AUTE
EL ÚNICO INTELECTUAL ENTRE TANTA POSE.
Suele pasar. Que los grandes intelectuales jamás presumieron de su enorme capacidad creativa por estar demasiado ocupados en su trabajo. A presumir se han dedicado el resto, justo los que no lo fueron nunca y a fuerza de teatro y pose se disfrazaron de interesantes olvidando su obra que es la única que pone a los artistas en su lugar. Aute escribió, canto, dirigió cine, habló 6 idiomas y fue un extraordinario pintor entre otras muchas cosas. De los que conocí, sin dudarlo, fue el más emocionante e interesante de todos y el menos arrogante. Quizás porque todo lo que era lo defendía de la inseguridad típica de los que tienen que aparentar todo lo que no son, como la mayoría.
El mundo está lleno de pseudo-intelectuales. No caben más. Aparecen incluso si levantas una piedra, en los cafés, en las tertulias, en el mundo del periodismo y en la música como hervidero y caldo de cultivo entre los que solapan sus miedos en el rincón cándido y siniestro de lo supuestamente alternativo «lo mío es sofisticado por eso no me entienden» haciéndose inmunes al fracaso. Además hoy, los pseudo-intelectuales tienen en las redes un espacio sordo donde lanzar sus penas disfrazadas de propuestas. Algunos, esconden blindadas su verdadera manera de vivir para no opacar ni un solo instante su look bohemio y desgarbado. Si esto no les es suficiente disfrazan su estatus con vicios y desatinos para permanecer inmunes en el mundo de los supuestamente auténticos.
Luis Eduardo estaba mucho más allá de esto que es el pan de cada día en el mundillo superficial de los supuestos auténticos e intelectuales del momento. Los pseudo-intelectuales se hacen pasar por revolucionarios, dictan clases de cómo vivir y eligen guetos y sus guetos los eligen a ellos. Actores falsos de una película mentirosa y triste. Hay mucho más poses y teatro que arte en el inmenso número de pseudo-intelectuales que habitan el espacio aburrido de los que hacen poco y lo disfrazan de mucho. Luis Eduardo Aute. Fue el único intelectual de la música popular y el más callado. Muchos han pasado por aquí haciendo cosas interesantes, pero muy pocos con el peso y la desbordante capacidad creativa que él.
Mi homenaje a uno de los artistas más completos que conocí y al más transparente. Aún conservo el olor del vino que compartimos y el resonar de su voz de cueva en aquella cena en Ciudad de México la última vez. Descanse en paz. Luis Eduardo Aute.
Ricardo Arjona