La música de Ricardo Arjona está contenida tanto en vinilos como en casetes, CDs y plataformas digitales. El productor Mynor McKnight hizo un recorrido por discos conocidos y algunos desconocidos en la historia del cantautor, quien para llegar a grabar su primer vinilo en 45 RPM debió ceder a la presión y una canción de su autoría «Amiga mía, yo te amo» (lado A), vio la luz junto con el cover del tema «Esta cobardía» (F.M. Moncada y Paco Copero, Lado B), ambos con arreglos de Vinicio Quezada. Así despegó la carrera discográfica del artista, quien hoy puede presumir cifras de más de 22 millones de ventas de las copias de sus trabajos en el mundo. En Guatemala «Déjame decir que te amo» fue el primer LP, tanto en acetato como en casete, y fue publicado en 1986. En 1988, llegó «Jesus verbo, No Sustantivo», en los dos formatos disponibles y es el segundo y último que grabó con Dideca.
Primer impacto
En 1989, al llegar Arjona a México, algunos le buscaron citas con productores. El cantante Miguel Luna cuenta que lo llevó con un señor, quien le dijo a Arjona que mejor se dedicara a otra cosa. Otro testigo de esa primera etapa mexicana de Arjona fue el cantante sonorense Benjamín Espinosa, quien llegó al mismo tiempo al Distrito Federal. El intérprete de No soy el aire afirma que cuando ahora le preguntan por qué Ricardo está en los grandes escenarios y él no, acepta: “Yo vine aquí con la ilusión y Ricardo con la convicción”.
Creador de hits
Ricardo cantaba en bares pero no lograba contratos. Se fue a trabajar como asistente de producción de Marcos Flores, quien vendía sus canciones a otros intérpretes. Detrás de mi ventana fue un tema que le solicitaron a Arjona para Lupita D’Alessio. Sin embargo, por decisión de la disquera, fue a parar a la voz de Yuri. La rubia veracruzana comentó a Mónica Garza (conductora del programa Historias Engarzadas): “Es una de las canciones más importantes de mi carrera”.
Eduardo Capetillo, quien en ese tiempo era un ídolo juvenil, interpretó La mujer que no soñé, como tema de la telenovela Alcanzar una estrella. “Fue el único tema que tuve en primer lugar durante dos meses. Estaré eternamente agradecido con Ricardo”, admitió.
La última batalla
A pesar de que ya era reconocido como autor del álbum Del otro lado del sol, tres años después aún no obtenía ganancias. “Le hice una llamada a Luis del Llano, me subió a su auto, me llevó a Sony y les dijo a los ejecutivos: Si quieres firmar a fulanito y fulanita (dos estrellas de ese tiempo de los que no revela el nombre), entonces tienes que firmar a este”, contó a Cristina Saralegui en 2011. Así arranca su relación con la disquera con la que grabó ocho discos.
El sastre
Mario Campos y Stuardo Samayoa, quienes fueron sus compañeros en la universidad, cuentan que como a Arjona no le gustaba estar de haragán se fue a trabajar con un sastre.
«El sastre tenía muy mal carácter y lo trataba mal. Se iba a trabajar religiosamente a la sastrería y le tocaba cortar los trajes y plancharlos»
Los amigos dicen que cuando el dueño de la sastrería llegaba le decía:
—Mire, ¡ésto me lo repite!
A veces querían salir a jugar con Ricardo y él no podía porque tenía chance en la sastrería.
El maestro de música
Aunque sus amigos de esa época no recuerdan que Ricardo haya hecho demasiado alarde de sus sueños de ser cantante o músico, las canciones y la guitarra siempre estaban presentes. Asi que también aprovechó sus habilidades adquiridas desde niño para agenciarse algunos fondos. Algunos niños y jóvenes de su barrio en la zona 18 tuvieron la oportunidad de recibir clases de guitarra con «El profe Arjona»
Siendo un muchacho muy inquieto nunca dudó en aceptar alguna propuesta. A pesar de que al menos en su fuero interno estaba seguro de lo que quería, todos los trabajos le parecieron buenos y los combinaba con sus dos pasiones principales: el deporte y la música.
De esa época, Eduardo Escobar, uno de sus alumnos comenta:
«Siempre decía que quería tener una guitarra colombiana de caja negra, porque esas eran las mejores»
El redactor de telegramas
En ese período Ricardo conoció a personas que lo ayudaron a hacer algunos centavos extras, trabajando en el correo redactando telegramas. Sobre esta experiencia laboral, el propio Ricardo hizo comentarios en el programa especial que realizó luego de su visita a Guatemala en 1998. Aunque no se sabe exactamente cuanto tiempo efectuó ésta tarea él afirma que fue otra actividad que le gustó debido a que le permitía estar en contacto con la gente.
El repartidor de manzanas
Francisco Perez, el vecino de la zona 1, recuerda cuando Ricardo comenzó a trabajar en una empresa llamada Refrigeraciones Vidaurre (ubicada en la 9a. Av.y 3a. calle de la zona 1), Ricardo Arjona también se empeñó en trabajar ahí. Asi que junto a su amigo César fueron a pedir trabajo.
La tarea que se les asignó, fue cargar y descargar manzanas y frutas secas. Los llevaban en camiones grandes para que fueran a repartir los productos y a muchos les causaba gracia ver que entre todos los repartidores sólo Ricardo y César sobresalían y se les veía la cabeza sobre la carrocería del camión. Perez comenta divertido que muchos decían
—¡Allí van las jirafas!
El arranque
El disco Déjame decir que te amo, que marcó el arranque de su carrera discográfica se lanzó en 1986, producido por Discos de Centroamérica (Dideca) y fue arreglado por Vinicio Quezada. Algo que pocos saben es que la segunda edición de este disco incluyó el tema No renunciaré, el cual era interpretado originalmente por el cantante Jorge Rigo. Ya Ricardo había grabado esa versión en un vinilo de 45 rpm. La canción era la entrada de la telenovela El sol sale para todos, que tuvo éxito en el país. En la etapa de transición, entre el primero y segundo disco, Ricardo graba el tema de la telenovela Y la luna también: Una especie en extinción.
El lío legal
El inicio discográfico de Arjona en México fue accidentado. Marcos Flores, el productor con el que Ricardo trabajaba en 1991, vendió a dos disqueras (Sony Music y Emi México) las grabaciones del cantautor guatemalteco. ¿El resultado? Dos discos que tenían ocho de sus diez temas en común, editados por dos distintas disqueras: Del otro lado del sol (Sony) y Alcanzar una estrella (Emi bajo el sello Orfeón). ¿Las consecuencias? Un problema legal del que salió triunfante Sony.
La metamorfosis de Arjona en la Teletón de Guatemala
Era la madrugada del 5 de diciembre de 1986. La primera edición de Teletón Guatemala se celebraba en la Gran Sala Efraín Recinos, del Centro Cultural Miguel Ángel Asturias. A esas alturas de la madrugada, el público en el recinto era escaso. El conductor Chilo Pérez anunció a “un joven cantante que renunció a una gira centroamericana para presentarse en la Teletón”.
Al más puro estilo de Don Johnson en Miami Vice, el Ricardo Arjona de 22 años subió al escenario con playera, camisa y saco arremangados, y tenis blancos. El intérprete ofreció, además de las dos canciones que promocionaba en ese momento Déjame decir que te amo y Romeo y Julieta, sus declaraciones:
“Estoy muy contento de estar colaborando con Teletón, porque sé que la causa es maravillosa”
Esa fue la primera de las tres ocasiones en las que, el cantautor, que pocos años después de convertiría en una gran estrella, se presentó en la jornada solidaria. Con su guitarra al hombro, Ricardo ofreció uno de sus famosos discursos, el cual se inició con:
“Estoy muy feliz de estar aquí porque la Teletón es un llamado a la sensibilidad. Esta es la es la oportunidad para todos aquellos que hablan de amor y no aman; para aquellos que hablan de hermandad y no son hermanos; aquellos que hablan de caridad y no ayudan. No saben todavía que la teoría no es más que el aburrimiento de la práctica…”
Luego introdujo su tema Jesús, verbo no sustantivo, al cual le añadió frases de llamado a colaborar. En 1992, un Ricardo más fornido, con una playera arremangada, fue ya una de las grandes estrellas de la franja juvenil, que se presentaba entre 19:30 y 20:30 horas. Héctor Sandarti, quien también ya radicaba en México y la actriz mexicana Graciela Mauri lo presentaron. En ese entonces, Ricardo se había ido al país azteca y había regresado a Guatemala como parte del elenco de Siempre en Domingo. En esa ocasión, interpretó además de una versión modificada Jesús verbo no sustantivo, sino además su éxito Mujeres.
El Jesús que vive en las canciones de Ricardo Arjona
El espíritu crítico y cuestionador que Ricardo Arjona mostró en Jesús, verbo no sustantivo marcaron un distintivo en la manera cómo el cantautor se proyectó en sus inicios. Pero Arjona no se detuvo ahí, y ya instalado en México, lanzó la versión original de Del otro lado del sol, en la que volvió a tener a Jesús como protagonista.
Su padre y los amigos de la universidad ya habían escuchado completa, o, al menos algunas estrofas, de la canción Jesús, verbo no sustantivo. Pero la primera vez se escuchó en una radio fue en la emisora Clase 102, en 1988. El locutor de turno cuenta que él había sido testigo de una ovación de varios minutos que le había sido brindada al artista, gracias a este tema, cuando se presentó como telonero de Yuri, el día anterior, en un recital en Guatemala.
Lo que ya comentamos…
La mayor parte del público de Iberoamérica conoció el tema Del otro lado del sol cuando Ricardo la incluyó en el álbum Historias (1994). Sin embargo, ese tema le dio el nombre al primer disco que Ricardo grabó en México con Sony Music (1991), el cual fue motivo de un enfrentamiento legal. La diferencia entre la primera y segunda versión es que en la original, Ricardo canta: “…no quisiera volver a abordar el mismo bus, aquel que hace un tiempo me condujo a esa cruz. No sé si se acuerden de mí, mi nombre es Jesús”. Esto fue suprimido en la segunda versión.
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