Desde una tierna balada, un rock electrizante, una trova suramericana o un pop tropical, Arjona es un juglar de la cotidianeidad urbana latinoamericana. Un poeta de la juventud que le compone y canta al amor, a las injusticias sociales y a los conflictos humanos, partiendo muchas veces de sus propias experiencias y manejando la ironía, el erotismo, el sarcasmo, el humor negro y la ternura con una inspiración sutil incomparable.
Sin lugar a dudas, el interprete de Jesús es verbo, no sustantivo es de los pocos que no necesitan de una gran producción para demostrar su calidad musical. A pesar de que no se considera un trovador social, en cada una de sus composiciones retrata situaciones fantásticas y al mismo tiempo reales de manera poética y lírica; la problemática entre las naciones y sus habitantes.
«La vida es así, nadie habla de las cosas sociales y se olvida del amor. No puedo dedicarme sólo a escribir de esto, porque pasan muchos acontecimientos y no puedo negarme la posibilidad de hablar de todo lo que me rodea»
Escuchar a Ricardo Arjona es como pararse frente a un espejo, donde cada cual descubre su realidad. Su música es visual. En sus canciones palpitan los dramas de la vida. Son comparables con una película de la que todos somos protagonistas, extras y cómplices. ¿Quién no ha apretado el botón del pánico al presentir que Se nos muere el amor? ¿Cuántas parejas perseveran, a pesar de sus incompatibilidades, como Ella y él? ¿Quién no ha sentido, al menos por un segundo, que vive en una Casa de locos? ¿Qué adolescente no ha encontrado cómo darle las Buenas noches a Don David o qué jovencita, angustiada por la noticia de un embarazo no deseado, ha decidido iluminar al mundo Con una estrella en su vientre?
«Hago canciones para decir lo que pienso y siento. Los temas que han sido éxito en radio nacieron mediante un proceso de libertad, porque no soy un fabricante de canciones, quizá nunca más haga un tema para radio, prefiero ser verdad, porque es más sano para la salud»
Por ejemplo, recordando el nombre de su 4ta producción, Arjona optó por no hacer daños a terceros y desde ahí la práctica tomo otros rumbos, se torno hasta divertida…
«Quise decir que cada quién su rollo. De ahora en adelante que cada quién se ocupe de su historia»
De esta manera dejó de preocuparse por las contradicciones, para mostrar su lado humano.
«Ahora me siento más evolucionado, renovado, con muy buenas intenciones y saludable porque le perdí el miedo a las contradicciones»
–¿Por qué ese temor a las contradicciones?
«Porque tenía miedo de perder esas canciones en las que hago un ejercicio de memoria, en las que hago referencia a las pocas cosas que tengo, aunque la gente piense que son muchas. No puedo estar supeditado a lo que opine el público, eso es bastante peligroso»
A Ricardo Arjona le gusta hablar de las cosas como son a través de sus composiciones, no ocurre lo mismo con su vida privada.
«No puedo hablar de mi vida privada, porque dejaría de serlo. Tengo muchas cosas de qué hablar con mi trabajo, cuando no tenga nada que hacer. Esto no es esconder mi vida privada, simplemente es precaución»
«No creo en él, no tengo nada en contra, pero la solidez está en el amor; creo en la unión libre, porque es un mejor negocio, siento que el matrimonio va a desaparecer»
El espectáculo parecía no tener fin, ya que entre más aplaudió la gente, Arjona les respondió con interpretaciones más cargadas de malas y buenas experiencias, historias de amigos y, como de costumbre, aventuras de un joven que se caracteriza por ser consejero, amigo y hermano.
«Esa canción es para ustedes, para los únicos seres humanos que tratan mal a los hombres y nosotros que nos portamos tan bien…», finalizó.